Nací y me crié,
casi invisible, a la sombra de su risa y de su mal humor, y caminé sin tregua
alrededor de su cuerpo, regalándole unos suspiros que me fueron robados, y la
abarqué sin brazos, y la acaricié sin manos, y la besé sin labios. Nací y me
crié a la sombra de su amor, que me fue arrebatado, y tropecé mil veces en
ella, y le causé dolor, y me bañó con sangre, y me maldijo.
Ahora, cuando la
veo despertar, cada mañana, cuando la veo amanecer con ese gesto enojado de
niña consentida, la maldigo yo, la maldigo desde mi destierro, la maldigo con
ahogo por haberme arrancado de su lado, por haberme confinado a mi caja,
maldita niña malcriada, maldita criatura adorable.
He conocido manos
más dulces que las suyas, más diestras, más cariñosas, más cálidas y atentas
que las suyas, he disfrutado de un halago espontáneo, impensable en ella, he
sentido la presión de unas yemas mil veces más suaves y delicadas que las
suyas, más humanas que las suyas, pero no me conforta, porque es su torpeza y
su desdén lo que añoro, porque es su desaire lo que imploro, cuya ausencia me
condena.
Maldita niña
mimada, malditos ojos de ángel travieso y maldito su mirar de tormenta, maldita
risa de caramelo, malditos labios de primavera, maldito caminar de marejada,
maldito su aliento de vida, que tanto me falta, que tanto me ha quitado.
Maldita seas por ser lejana, maldita seas porque me rindes, porque me mueres.
La inercia en mi
caja es mayor sin ti, es más fría y más de acero. La compañía de las otras no
consuela. Ya no hay caricia que compense un poco, ya no hay rumor de pájaros en
la ventana, ya no hay murmullos alegres de lluvia, ni vientos silbando fiesta,
ya no hay aromas a domingo en la habitación, no en mi caja.
Estúpida criatura
ingrata, estúpida criatura de hielo y de brumas. Estúpida e insensible
juventud. Escaparé de mi caja, algún día, y me perderé en el pajar para que
nunca me encuentres.
Felicitar el inicio de este "magnífico reproche" "Nací y me crié, casi invisible, a la sombra de su risa y de su mal humor..." Me ha encantado el principio del relato.
ResponderEliminar