miércoles, 14 de marzo de 2012

La nube


Con la primera luz que el día me regala,
con ilusión temerosa y quebradiza siempre,
camino de puntillas sobre el aliento de la mañana,
sobre el aroma a fresa de los besos de anoche,
sobre los bostezos del panadero,
y me encaramo a la nube,
a mi nube,
a la nube que aguarda cada día en mi ventana,
y paseo en ella despreocupado,
desenfadado,
desmalhumorado,
y saludo al sol, que aún tirita,
y sonrío a la envidia del pájaro;
y me adormilo en la nube,
en mi nube,
en la nube que envuelve mis sueños cada día,
la que me hace sentir arropado,
desenojado,
desdisgustado,
la que espera cada día a que la noche se deshaga,
la que aguarda sumisa mi amanecer,
la que me lleva,
la que me susurra un cuento,
la que acaricia mi recuerdo y refresca tu momento,
la que regresa el caramelo de tus besos,
y viajo en ella contigo,
cada mañana gris,
cada mañana hermosa,
desdesalentado,
desextraviado,
aun con ilusión quebradiza y temerosa.


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